Ya ha concluido el Mundial de Balonmano celebrado en Francia y la selección anfitriona se ha proclamado de nuevo campeona (y ya van seis), ante una brillante y sorprendente Noruega. Convirtiéndose en la gran dominadora del balonmano mundial de los últimos años.
Ha sido un torneo de grandes partidos y algunas sorpresas. Unas negativas (que les pregunten a los alemanes -actuales campeones de Europa- o a los daneses -actuales campeones olímpicos- que no pudieron pasar de cuartos) y otras positivas ( Qatar ha venido para quedarse, Brasil pide paso en la élite y lo de Noruega ya se veía venir después del europeo de Polonia del pasado año).
España ha estado un poco por debajo de lo que se esperaba y se ha quedado fuera de las semifinales por muy poquito. Pero es que el nivel es tan alto y son tantas las selecciones que están ahí arriba que un pequeño detalle te coloca en la final o te deja luchando por el noveno puesto. Otra vez sera.
En cuanto a nombres, me han gustado algunos que ya conocía como Vincent Gerard, Kentin Mahe, Sander Sagosen, Domagoj Duvnjak, Zlatko Horvat, Gabor Csaszar, Jure Dolenec o Alex Dujshebaev y otros que he descubierto en el campeonato como Haniel Langaro o Marko Mamic.
Como en otros torneos han habido algunas ausencias, pero destacare especialmente dos de una selección que me encanta ver jugar: la de Eslovenia. Uno ha sido por lesión: Dean Bombac y otro por haberse retirado de la selección: Uros Zorman (mi jugador favorito de los últimos años). Con ellos quizás Eslovenia hubiera llegado mucho mas arriba.
Además las ultimas normas incorporadas recientemente creo que le dan un dinamismo aún mayor a un deporte que ya lo era y lo hacen mucho mas atractivo si cabe.
En fin, un mundial que ha sido todo un espectaculo y con el que he disfrutado mucho.